MURALLA. MURALLA. MURALLA. MURALLA.
EDVARD MUNCH
Mira las palabras. Abre bien los ojos y mira la forma, lo que dicen, lo que esconden y lo que no dicen. Mírate en las palabras que has dicho, esas que has hecho sonar para TANTO. Mira de donde han salido las palabras porque se han juntado todas, tantas han sido, que ahora son una muralla y toda muralla separa dos lados, piensa en que lado estas tú, qué lado es el que te estás perdiendo.
Palabras de odio por palabras de culpa.
Palabras de amor siempre tras palabras de miedo. ¿Quién pudo qué desde el miedo?
El intento de alcanzar las palabras y ver como se escapan formas que prefieren deslizarse por el atardecer, otras, acurrucadas, inertes, asustadas de formarte.
¿Te reconoces?
Tantas palabras has usado para acabar. Míralas juntas haciendo un principio. Torre. Alfil. Reina desnuda. Como peones que no te dejan empezar la partida.
¿Te reconoces?
Abandonado detrás del muro, en la adorada indiferencia, en los espacios fríos del dominio siempre inacabado, solo con tus mariposas que no cesan de sisear tu nombre, tus cuervos finos irónicos indefendibles de sí mismos, tus avispas rabiosas, solo tu sexo sin su deseo.
¿Te reconoces?
Mirar hacia otro lado, es fácil, y dejar que las corifeas te alaben, te alaben mucho, te besen, te besen mucho, te canten mucho para apagar el ruido de tu cabeza, y digan que sí a todos los juegos, que te den la razón en todo.
¿Tantos espejos, tantas ventanas, y aun no te has visto?
Tranquilo, en ese mundo tan perfecto que te has creado, se están repartiendo bien los pasteles, y sobrará dolor y tristeza para todos. ¡Qué felicidad ver como disfruta el mundo de lo dulce!. Sólo tú sabes, que tu guinda es la amarga, te regalaran las suyas, cierto, pero a ti, nada te borrará el sabor de lo que te corresponde.
A mi tampoco.
Manuela Cámara
No hay comentarios:
Publicar un comentario