.
.
24 DE ABRIL DE 2010
Todo mi cabreo es contra quienes deberían aplicar alguna clase de justicia, contra quienes están permitiendo que continúe ocurriendo algo así porque si esto no sucede en tiempo ya muy corto no habrá más escritos ni más lamentos, me encuentro realmente muy mal y esta bestia continúa raspando porque le evita una separación y porque el asco que me produce ya le está salpicando y sabe perfectamente que sólo con la agresión continuada puede engañarse respecto a lo que es y a lo que soy. El asco que me dan esas señales, la indignación de ver que sigue metiéndose en mi vida con la única validación de que no sirve de nada que lo denuncie, no estoy enfadada con este energúmeno porque con un energúmeno no sirve ninguna razón, sino contra este maldito sistema que todavía encuentra justificaciones para que ocurra esto.
No es más que un don nadie que coincidió durante escasos meses en mi vida HACE YA DIEZ AÑOS y todavía no ha pasado página y cree que le pertenece un afecto que hace ya demasiado tiempo no hay salvo porque me veo obligada a ver esta clase de rastreos de mi persona una y mil veces. Creo que estoy en lo cierto si digo que esta entrada de hoy se corresponde a algo que dije anoche este cafre no diferencia ni diferenció nunca cuando se habla en una conversación o cuando EN MI CASA, Y A SOLAS,ESPÍA Y OYE.
Cortar ese tráfico no me corresponde a mí, por ende me es imposible hacerlo y no solamente porque las agresiones no pueden serme indiferentes cuando se siguen repitiendo día sí día también, sino porque se aferra al uso de la fuerza ya que esa es la única fuerza que posee; pero yo no soy como él y a mí, el mundo que yace literalmente debajo de esta mierda es lo que verdaderamente no me es indiferente y de ahí y nada más que de ahí emana todo este dolor.
Lleva años espiando lo que hago adentro y afuera de mi casa, nadie le ha dicho de ninguna manera cuál es la diferencia entre lo que escupe en sitios públicos y lo que alguien habla o hace adentro de su casa, estar teniendo que situar algo así es una falla terrible de la ley que permite que un enfermo mental pasee por el mundo como si no lo fuera, sencillamente si esto ocurre en medio de la calle, a la segunda tendría dos policías pidiéndole su identidad… y lo que sigue.
24 de abril de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario