NO SÉ QUÉ ES ESO
Escribir bien o escribir mal, no sé qué es eso, yo sé que las ideas desaparecen cuando las trato de decir, recuerdo que no se escribe con ideas, pero no sé qué me pasó con la memoria, las ideas, las sensaciones, los recuerdos, las palabras, las frases, la forma para decir, todo se me ha olvidado.
En las películas en las que hay magia lo describen muy bien: el mago pierde sus poderes y de repente se transforma en otra persona; le cambia la cara, le cambia el cabello, se transforma su edad, crece o se encoge y también su entorno se transforma con él, sólo que esto no es magia. Esto es un algo paulatino que ha sucedido durante mucho tiempo, decir, como ya he dicho, durante cinco años, y como el mago ya no es ningún mago, nada he dicho. Me asomo a la ventana y de repente parece que no ha pasado nada, es la memoria que debe funcionar así, a su albedrío... ¡tantas veces lo he dicho que se han invalidado las palabras! pero: ¿por qué lo tuve que repetir?.
Existe, verdaderamente existe, la posibilidad de olvidar, si nadie lo pronuncia, así de simple, no ha sucedido. Pero y si lo pronuncias mal, tampoco ha sucedido, todo consiste en decirlo bien o en decirlo mal, y sin embargo, ¡cuánto empeño en actuar como si fuera magia!... En otro registro está considerado como una proyección, pero también entonces se ha invalidado la palabra, ¡siglos enteros de palabras aniquilados en un mismo silencio!...
el silencio tiene mis caras, oculta mis palabras, creo que es porque se atropellaron los sentimientos, porque se atropellaron todas las diferencias, no hay singularidad, digamos que son gestos que se repiten solos sin que nadie los realice, y entonces, cualquiera los puede usar, son de cualquiera, no importa que estés presente o que no estés, son un montón de nadies que adquieren la forma de quien los pueda coger...
Para eso... los empujones, las batallas, los escarceos, las intrigas, el laberinto, la oscuridad, todas y cada una de las tardes se repite la historia, inapelable es que no te hablarán, inapelable es que jamás te entenderán, inapelable es que dijeras lo que dijeras siempre habrás dicho otra cosa, obviando completa y seriamente, que siempre se dice otra cosa. Inapelables son el número de noches, inapelable es que siempre ellos allí y tú siempre aquí, insoportables son las razones que te dan, las que no te dan... porque escribir... escribes bien, pero eso no te da derecho a:
y nadie dice nada, porque se alza un rumor tan estridente que coges las dos manos y quieres taparte los oídos y no quieres estar, pero estás, y coges cualquier palabra y la lanzas como si fuera tu defensa y todavía te odian más
porque eso que dijiste no era lo que ellos estaban pensando y entonces se ha elaborado en alguna parte una teoría según la cual, lo que te pasa, nunca coincide con lo que a ti te está pasando, y vuelves a arrojar la palabra que yace en el suelo porque ya antes no sirvió y la vuelves a arrojar contra nadie porque esa es tu defensa y entonces... es que no sabes hablar,
pero sí, te reconozco cómo escribes, pero eso no te da derecho a:
yo, verdaderamente, no sé qué es escribir bien o escribir mal.
Pilar García Puerta 20-05-09
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