CUANDO PLAYER NO ES PLAYER
Sale Player, entra el canario:
Pregunta si sé cuál es su Nick, esa parte no la copié, dice que las tres arpías; lo que dice de "la ministra de asuntos exteriores" se refiere a insurrecta, yo la apodé como "la minstra de cultura" `porque gracias a esta situación, se ha convertido ella durante todos los años que yo he seguido sufriendo acoso y amenazas en la que reparte textos y autores y les deleita con su voz mientras el scopata la aplaude con trajes de mujer igual que de hombre... pero la pobrecita todavía no sabe nada y me decía que es que yo "no tengía corazón".
Denuncio, porque es una verguenza todo esto, que después de más ya de 180 entradas todavía siga ocurriendo.
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AL SALIRME DEL CHAT
Hablo de histeria, sí, pero hablo de criminalidad también. Esas bromitas de chat, esa especialización en trivializar lo que yo defino como violación porque deja al desnudo las más básicas de las distancias necesarias entre personas, ese regodeo en “jugar” donde el discurso es, sí, histérico, pero de tal forma convertido en realidad que no es posible que sobreviva sin consecuencias. Ese chistecillo de personaje, el canario, este tener que estar agotándome en deshacer sus diversiones, este sin fin en ser perverso, de ser una mujer y todo lo demás que para qué volver a repetir, los días que veo pasar sin poder entrar a ellos y después tener que retomar sus demenciales frases, ahora, lo digo porque es así exactamente como piensa; dice, en su versión trasto que “qué es el lenguaje sino violación”… esto es mucho peor que la locura de los locos famosos, pero es que éste además es violento; ser violento no es un título universitario, es lo que hace, esa burla cuando le digo que me duele la cabeza, cuando ayer pasó el día entero escuchándome decir eso y no salió de aquí, la cantidad de envidia y sadismo que se necesita para, si contara estas señales que serían, pongamos, ¿unas seiscientas?, todavía decir que me lo invento para promocionar el blog, yo creo que por mucho que se escude en Gaza o en la guerra de Irak o en el capitalismo, creo que MATART ES MATAR.
A cualquiera de ese chat, de este maldito lugar en el que todos se lavan su responsabilidad con las maldades del otro, si a esa gente le dijeran que van a tener en sus casas a Player, estoy muy segura de que se les quitaban las ganas de reir, a todas y cada una de ellas, pues exactamente es lo que tengo yo, pero con más saña porque a ellas no les estaría quitando nada porque con ellas con una paja tiene bastante.
No lo entiende, estoy escribiendo con la cabeza abajo para no verle, cuando tengo que mirar para ver si al menos lo escribí, aprovecha para señalar, su enfermedad es creerse que con la violencia que ejerce puede ser yo, no digo como yo, sino yo; esto lo hace frente a unas palabras que ya no conforman escritura siquiera sino el relato en las peores condiciones de un abuso a lo bestia.
Esto que hace es tapar todo, sigue aquí porque de ninguna otra manera podría hacer el efecto de que lo que digo no va a ninguna parte, con los poemas no pudo, con borrarme el nombre tampoco, con mil insultos de desconocidos durante años, con robarme los libros, con robarme la cuenta de correo, ni con hacerse íntimo de las personas con las que antes yo leía, hacer el paripé delante del Grupo Cero, con nada consiguió ser yo, así que no se irá de aquí porque es un parásito, una lapa, un ser sin ética alguna, sí, hijo, sí, una arpía, la miserable cultura del vago más delirante que jamás habré encontrado en mi vida. Un histérico tal que lleva diez años diciendo “mírame, pero no me toques”. Un gilipollas integral cuando le dedica a eso toda su vida.
Es que después de esta exhibición de burlas y mentiras, acto seguido, abro y sigue aquí, siempre sigue aquí, siempre haciendo como que señalar es decir todo lo que yo digo, la negación, el furor con el que casajuntoalrio negó y me denunció a La Comunidad de El País, todo eso no es una broma de chat, no, es la decisión de un miserable de acabar con lo que no puede. Aquí no hay un libro, hay una persona, eso, es así lo trate de trivializar el mismísmo Alfred Nobel.
22 de febrero de 2010
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