¿QUÉ HACE LEYÉNDOME A MÍ?
Un día más frente a lo que el protagonista considera, escrito en ese chat ayer mismo, que es él “un genio”. (señal)… sigo copiando las señales porque creo que alguien lee aquí, alguien además de él, en los blogs, y confío en que la verdad termine por salir a flote. Sin embargo, ahora me toca a mí poder manejarme con alguien de tal calibre, la pregunta es: si tan genial es, ¿qué hace leyéndome a mí?.
En esos chat, no hay nadie, absolutamente que yo sepa, que me cuestione como escritora; suele expandir ESTA MISMA PERSONA, ideas que hablan de que esto que él hace es porque yo estoy loca y me lo invento. Creen hacer coincidir esas dos ideas como compatibles bajo una tercera de que el genio y el loco se parecen o son la misma cosa o si se es muy genio se está muy loco o viceversa, hasta la misma entrada del chat lo insinúa. Yo sigo preguntando: ¿qué hace entonces un genio de tal calibre leyendo a alguien que lleva 180 entradas delirando?. Lo que estas entradas cuentan, el número de ellas, el tiempo que hace que está ocurriendo, es, debería ser suficiente para entender de qué clase de agresiones estoy hablando. Y resulta que todavía hoy tengo que pelear para decir que hablo de violencia, no ante la persona que lo hace, sino ante el resto.
Me sigue siendo imposible no escribir, no usar este Word, ni siquiera sé si es que me tendría que ser posible, sé que este genio que ataca “a la yugular” (según dijo el mismo ayer en su versión Player) lee aquí desde hace seis años y que no está dispuesto a irse ni aunque haya publicado su cara y su nombre reales; a poco que se sea lector, simplemente lector, creo que queda suficientemente claro que hay un motivo para “mentir” y que es el mismo por el que lo está haciendo; era en el año 2004 un integrante más de un taller en Internet; falseó su identidad, scopata, entró al taller y siguió allí como el alumno aplicado, aparte de las cuestiones personales, nada que a mí me indicase que estaba haciendo bajo cuerda lo que hizo. Cuando me fui de Internet, le busqué y me despedí de él con pena; supe mucho después, años, que se trataba de la misma persona que conocí en el año 2000 y el puzzle todavía hoy tiene algunas fichas que se mueven. Yo no invento nada; sobre todo porque todo lo que cuento, son situaciones dolorosas, ¿para qué iba a inventar algo así?; ni siquiera la más mínima coherencia se pide ya por quienes dan por sentado que todo esto es una bromita de chat.
Ayer en un momento concreto del día que entré, el espectáculo era dantesco. Estaba con el Nick atila_y_su_caballo; hace ya mucho que no digo nada, porque exactamente nada de respeto por las personas queda allí, pero durante bastante tiempo, solamente los Nicks que se pasean, me costaba creer, ver, que no chirriaban; respecto a lo de la genialidad, no he podido jamás tener una conversación corta o larga que no tuviese como ingrediente un exceso de mostración y certezas respecto a tal cantidad de datos que, si pude estar, fue porque los obvié todas las veces; diría que de diez citas de autor por minuto, me podría quedar con dos; pero durante todas esas citas, todos esos datos y exuberancia, no hubo nunca docilidad, cuando parecía haberla, fue en acto paralelo a otros que no supe en el momento en que ocurrían. Exactamente como ahora, tanto es así que él mismo con el Nick de sumbero2 me lo vino a contar con la advertencia de que “no subestimes lo que te voy a decir”; yo, de estar ante un genio, no sé qué diría, pero si sé lo que digo porque estoy frente a un violento que en el caso de cómo se define a sí mismo, trata de imponer su genialidad por la fuerza, la pregunta sigue siendo qué hace aquí y por qué me robó los libros y me rompe los ordenadores y me difama y todo, todo, todo.
Me importa un bledo exactamente lo que diga de mí ni lo escritora que me consideren en ese chat, pero no puede no importarme cuando eso lo utiliza para atribuirme una exigencia de que tengo que seguir soportando impasible lo que a su genial locura le de la real gana, menos aún porque si me ataca con la violencia que lo hace, es precisamente para que no se le termine la fuente de su tal sabiduría. Esta persona engulle textos, engulle ideas, es aquí donde cree que obtendrá los instrumentos para poder manejarse en algo que… le viene grande. Recuerdo el primer día que volví después de años a ese chat, solamente di una opinión a algo que decía y su respuesta fue: ¿quieres joderme?; en la sala de literatura nunca pude decir ni mu, aún sin decir nada las pocas veces que fui siempre hubo agresiones muy violentas de gente que, supuestamente, ni me conocen, porque no suelo ir.
Yo tengo muy claro de lo que se trata, y tengo también muy claro de que es un fenómeno el que consigue con sus “mentiras”, pero creo que la manipulación, el para qué de la locura, es algo también sabido.
Y, bueno, no tengo tregua, lo de un día se atropella con lo del día siguiente, la pregunta era, si tan fácil es irse de este ordenador puesto que allí soy lo que las entradas relatan, ¿por qué sencillamente no se va?... es todo un enredo, un echar balones fuera, agrede para que parezca tan loco todo que pueda seguir aquí, ¿para qué?... yo a estas alturas no me creo más que haya ninguna clase de afecto invertido ni leches fritas, ni me creo tan imprescindible, y si alguien lo fuera, el fin no justificaría los medios, aparte de que después de Freud, claramente todos los actos son actos significantes, que no hay ninguna persona que pueda ser confundida con un libro, hay siempre relaciones de sujetos, pero a través de los significantes, diga lo que diga, sea martes, noche, blanco o gris, no se va.
Tengo suficientes escusas, si quisiera, para convertir esto en mi paranoia, pero sigo diciendo a grito limpio que me urge que se aleje de mí. … bueno, acaba de señalar… yo no veo un genio en esto, veo alguien muy dependiente de otro alguien hasta el punto de lo que está ocurriendo y veo que seguirle el juego en ese sitio o en cualquier otro, no hace más que ponerme a mí en una situación muy jodida. La relación directa que hay entre el consentimiento y apoyo que recibe en esos chat y que siga señalando aquí, es total, bueno, creo que sacrificar a una persona para obtener satisfacción es algo que se ha convertido en un deporte, me sigo leyendo, sigo diciendo, pero cada día es mayor la absoluta necesidad de dejar, de cortar este cordón aunque sea tan injusto, el plan que ha trazado, al que acabo de llamar dependencia, quizás no lo es tanto, él sabe de la clase de relación que yo tengo con la escritura, y claramente lo que a mí me está suponiendo, le importa un pito. Su ataque ni siquiera es a la escritura, es al deseo. En el taller había además los pasadizos, eran parecidos a los blogs, nada le sirve; el chat lo usa para hacer desprecios constantemente, y todo lo que digo es insuficiente para alguien que su único deseo es que otro no tenga deseos.
21 de febrero de 2010
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