NADA QUE VER
CON LA ESCRITURA
CON LA ESCRITURA
Las leyes temporales caducan, prescriben: después hay una ley que no prescribe jamás porque es la que rige lo humano, y la humanidad, nunca prescribe.
Legislar la ley universal con leyes temporales es un atisbo de humanidad, sería imposible acceder a lo universal sin que los actos pequeños tendieran hacia ella. Ir en contra de esos actos pequeños es ir contra la ley universal.
En mi pequeño acto como en el de cualquiera, la coerción es algo que un día caducará; sacar de quicio esa verdad es algo así como desconocer, desconocer casi todo de la poesía.
Por esa proporción, por esa relevancia no puede ser jamás un acto poético obstaculizar los pequeños actos que tienden hacia allí ni se puede extrapolar de la palabra escrita al que habla. Si son ellas, las palabras, nuestras palabras las que preceden los actos, nada de lo que se haya dicho puede jamás quedar afuera. Frente a esto, y porque hablar y lo dicho no es lo mismo, se vienen enfrentado el tiempo y los que se anticipan a él, los hechos y su relato que esté guiado por la poesía.
Tapar la voz al poeta, es obstaculizarla a ella, aunque ella no necesita de ninguna temporalidad para existir, pero nada de lo que se hace es inmune para el humano, ni de lo que no se hace.
Y en este dilema me hallo yo. Es también un acto poético publicar, de hecho no lo es hasta que no adquiere la dimensión de lo ajeno, hasta que no es considerado el posible lector. Si yo dijera "gadget" unido a la palabra "violeta", podría ser metáfora, pero si digo “no puedo ordenar los gadget” aproximadamente digo lo que parece, cierro el sentido. Pero si digo: los gadget violetas emprenden su camino, nadie me entendería si estoy hablando de la realidad. Así que, impedir que organice los gadget es un acto no poético que me retiene en una y sóla realidad. De este modo es como se han formado ciertos blogs que yo jamás deseé haber escrito. He aprendido a hacer videos, es una forma más de publicar lo escrito, pues ahora resulta que no puedo ordenar los gadget, así que es una coerción al acto poético. Si cuando trato de decirlo ocurren muchos más actos que impiden que siquiera lo diga, estoy ante la obligación de abandonar la publicación, y exactamente eso es lo que ocurrirá a partir de ahora mismo.
Mis blogs, los que verdaderamente son mis blogs, no son estos relacionados con algo que es a mí a quien le priva de tantas y tantas otras cosas, son los demás, los que colocan la palabra violeta junto a cualquier otra palabra y emprenden sentidos que nadie puede capturar; y sin embargo, han ocurrido “cosas” que aparentaban que renunciaba, que yo de propia voluntad quería eliminar mis poemas. Resumiendo, el editor de entradas funciona hoy, como al resto de los demás que, cómo decirles los cientos de problemas que todavía hoy sigo teniendo; estos blogs, los que sí son mis blogs, están regidos por la estética, eso es justa y precisamente lo que los diferencia de éstos, a tal punto que veo con total claridad por qué la estética es una ética. Pues éstos, los míos, no admiten ya nada más que pegar del copiador, y eso sería como coger el diccionario y amontonar desde la A hasta la Z.
Como resulta que es imposible detener lo que es genuino de cada quién, como es verdad que he aprendido a hacer videos y también esto otro que digo, ya no publico más poemas en estos blogs. Porque hacerlo sería lo que he dicho, tirar el diccionario una página encima de la otra. Estos blogs son horas de trabajo, nada de inspiración, sino trabajo. El necesario para que lo que es estética sea como estética, era una de las ventajas de la tecnología, poder difundir un trabajo, un discurso.
Resulta también que, si el capitalismo tiene unas leyes rígidas respecto al trabajador y al dinero, cualquier acto de esta índole está del lado de esa misma coacción, porque el uso de los medios es un bien y nunca debería ser privatizado por nadie, bien sea del lado del poder o de cualquier otro lado del poder. “Estos son lentejas o las comes o las dejas.” NO pienso dedicar ni un minuto más a hablar para los sordos.
25 de febrero de 2010
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