“cómo dices que eres escritora si llevas ya mucho tiempo sin publicar”
“cállate ya, vieja loca”
“anda, elle, vete a escribir esas tonterías que tú escribes”
“aynsssssssssssssssssss que te quiero piltrafillaaaaaaaaaaa”
Y sí, tienes razón, ya lo que veo y escucho es una voz completamente ajena que actúa como un enemigo, pero está habiendo suficientes agresiones y es por eso y no por lo que vas diciendo por ahí que tengo que seguir poniendo tu identidad real. A poco que leas sobre los violadores, lo son porque para excitarse necesitan que haya violencia. El resto de por qué digo esto, qué más da si tú todo lo sabes dar la vuelta.
Estas son las últimas rosas de lo que todavía cree que puede seguir vendiendo como “su amor”. En la segunda de ellas lo que tenía que callar era un llanto desatado que era el resultado de dos días seguidos de agresiones, sin parar. Que haya personas que viendo eso durante el tiempo que lo llevan viendo apoyen a esa persona, me significa realmente un grave problema a la hora de pensar este mundo. Gente que mientras ocurre eso una y mil veces, continúan pinchándome un poco más o hacen alarde de la más absoluta indiferencia y leen al unísono con esta clase de actos vergonzosos y se aplauden mutuamente y se apuntan a la escupidera de burradas, es muy frecuente que me encuentre sola con diez, quince o más Nicks todos cargando contra mi y contra lo que previamente han espiado de mi vida. Después, donde vengo y lo escribo se repite hasta la saciedad el mismo acto que he nombrado como “señalar” pero que es la negación completa de esos otros del mismo modo que los primeros hacen de las señales de aquí. Son las cuatro de la madrugada y yo ya no vengo a escribir nada sino que no hay nada donde ir después de que, por el hecho de querer escribir y de que un ser completamente incapacitado para demasiadas cosas, ha decidido que tiene que destruir mi escritura.
Vengo hablando de seis años, y sí, pero con importantes diferencias. Lo primero fue la persecución en Internet e impedir que continuara el taller; cerré el taller y me di de baja en ADSL, estuve unos tres años sin entrar en Internet, unos seis meses que, teniendo conexión, no podía entrar porque estando correcta la señal de quien me proveía de la línea, era imposible realizar la conexión; la IP aparecía en mi pantalla, y a veces, el intento de restablecerla mediante asistencia telefónica terminaba con cortes de las llamadas. Durante mucho tiempo soporté aquello y nunca cesaron estas mismas señales; que me crean o no a estas alturas, me es completamente irrelevante, no me puedo permitir el lujo de ir convenciendo a nadie de algo que me está costando ya demasiadas pérdidas; pese a esas señales, no dejé de escribir aquí hasta que fueron creciendo las amenazas y cambié de proveedor y me propuse volver a ese chat para al menos poder hacer público lo que ocurría. Los resultados fueron y siguen siendo que ya se ha encargado él antes que yo de ir preparando a la gente y a todos les parece que esto es tal y como él lo quiere contar. Labor de zapa intensa y elaborada para ir en cada momento manipulando tanto sus actos como mis reacciones ya que lo que hace y con qué Nicks, nadie lo veía. Para cuando yo llego y lo digo, ya ha implicado a los demás y los ha contaminado a todos de esa perversidad que todo lo permiten y además, no fue en vano que a unos les regalara música, aplausos, y cualquier forma de distorsión del por qué de tantas cosas… fue en el año 20008 exactamente cuando, como me había pinchado todos los teléfonos, móviles y fijo, se enteró de algo que le permitía creer que tenía ante sí una persona derrotada y se empezó a ensañar de tal manera que ahora, a fecha de hoy y cada día con más permisividad, está plenamente convencido de que soy exactamente quién a él le dé la gana que sea.
No es que me toque o me deje de tocar lo que dice, no, me toca porque todo es un escupitajo y porque ni las denuncias han conseguido que nadie le diga hasta aquí. Comprobar que el otro es vulnerable, según la formación de quien lo constate, puede dar pie a un incremento del amor o a un desatarse de las bajezas más absolutas, y este es su caso. Algunas veces digo que “yo sigo siendo la coordinadora” y no es porque me haya quedado prendida de un pasado glorioso, lo digo porque realmente veo, y cuanto mayor es el incremento de las vejaciones lo veo con mayor claridad, que el lugar que invadió era justo el eje sobre el cual se estaba sosteniendo concretamente, y tal y como a mí me habían enseñado, los deseos de un grupo que hubiera permitido que cada quien creciera lo que fuese capaz de crecer; subí la cuota a 50 euros desde 20 en el preciso momento en que me di cuenta de que también yo podía tener envidia si crecían ellos y lo zanjé de ese modo. Parece que este señor jamás aprendió que el dinero tiene un valor simbólico y, ahora que me estoy planteando contratar un abogado para solucionar esto, se va jactando de que “tienequepagar”. No sólo pago, sino que por ahí empezó a demostrarse la diferencia de dónde está él y dónde yo. No le pagué su viaje a España porque sencillamente no tenía por qué hacerlo, pero sí le entregué 200 euros tres años después y desapareció y en el taller, era el único que no pagaba. He visto hoy con mucha claridad que, si no le pone dinero por medio, le concede a la relación el mismo valor que al dinero, es decir: mierda. Me refiero al dinero que él recibe, y como no distingue entre el tú y el yo, también al que tendría que pagar. Curiosamente, esa mierda la convierte en su único tesoro. Y por extensión de sus ideas, también el amor es mierda, piltrafa. Y como la mierda es de todos, esta página también es suya puesto que no la paga. Quiero decir, que el valor del dinero no está en ninguna cantidad, sino en el acto de saberse deudor o no. No tiene que pagar puesto que puede acceder aquí sin estar escrito y menos publicado, por tanto, esto es mierda.
La cercanía asfixiante a alguien así, da como resultado una dificultad extrema para reaccionar, paulatinamente se han ido sumergiendo los valores, ideas y principios que me sostenían, los he ido viendo amortiguarse un día detrás del siguiente y todas las veces era imposible sobreponerse al anterior porque, en la absoluta certeza de demasiados errores, lo que hace de un día para otro, es acrecentar todas y cada una de las convicciones al margen de una realidad que desconoce por completo, cualquier realidad que no sea la suya propia. Lo que en los primeros años fue un entrar aquí por la fuerza contra lo que nunca me pude zafar (la primera denuncia fue en el 2005) y que traté como pude de transformar mediante la escritura, es ahora del todo imposible porque el salto que dio partiendo de esa vulnerabilidad de la que hablo no fue cuantitativa, sino simbólica. Las señales que se supone que debería obviar, son todo un mecanismo sobre el que se basa un tráfico de identificaciones: la que pone palabras, sentimientos, ideas, soy yo, sí, señalaba cuando había escritura, pero de base estuvo siempre un deseo que no pactó con nada, sólo tenía que ver posible la completa desbandada de todo principio para aparecer con toda la virulencia del deseo que no admite ninguna ley; ningún ser humano puede con eso, que “el deseo inconsciente sea demoledor” significa que si no está articulado con otros significantes, es eso mismo, demoledor. La identificación por mi parte es como un ahondamiento en mí misma puesto que no puedo impedir un rebote continuo a mis propias palabras y es solamente cuando he ido viendo de qué materia estaba construida su intención de señalar, cuando me he rebelado, no a una señal ni a dos, puesto que ya es imposible el discurso, sino a esta falta rotunda de higiene de identidad. Este señor tiene establecida una barrera impermeable entre el lenguaje y él, es a lo que en otro contexto le llama genialidad que consiste en no hacerse cargo en absoluto de sus actos considerando que “todo se puede fingir” como si poseyera una supremacía sobre lo hablado y no me puedo permitir tampoco ya entrar en terminologías de su dominio como las del post anterior, el mundo que trata de devastar, lo desconoce por completo. A mi entender, ser sujetos del lenguaje, significa que somos según lo que decimos y así hacemos y no al revés. Yo podría permanecer aquí escribiendo días y años enteros sin poseer al otro, sin intentar siquiera tomarlo por la fuerza, ese es el vértigo que proponía aquel taller, lo ASALTÓ, posee, pero ¿qué es lo que posee?... en mi caso posee el grito desesperado de un sí a la vida que trata de la manera más violenta de amedrentar, las máscaras son todas… legalidad, música, literatura, amistad, amor, cultura, respeto… todo eso es falso en él, todo es un constante acto de camuflaje, pretende aislar los impulsos según los cuales “desea” con esta fuerza mi destrucción… ya hablamos de mi muerte como si eso fuera algo de su incumbencia o incluso de la mía, la aberración y el en contra de todo lo que propone como “su aureola” es una mofa a todo valor humano. A un individuo que me asaltase en una esquina y me impidiera por la fuerza zafarme de él, no le pondría palabras, pero a alguien que lleva tantos años leyendo, señalando, y que al final, termina del lado de cada vez más denigración, lo único que todavía le tengo que decir es que se salga de donde nunca debió entrar. Lo toma como un reto, cree y vuelve a creer que estoy haciendo fuerza contra él, no existe tal fuerza, la fuerza tendría o no tendría que ser después, so donde hay espacio para dos decide que sólo cabe uno, yo no hablaría de fuerza sino de falta de ella.
Es imposible ya continuar ni siquiera este relato, ya empezó de nuevo a llamarme loca. Lo único que sé es que me urge denunciar esto y que se termine. No es que no soporte que me digan loca, lo que no soporto es a alguien que me persigue para decir que me creo perseguida porque estoy loca y así poder continuar su persecución. No es posible ya decir nada, lo que ocurre ya es un completo síntoma físico de pinchazos en la cabeza porque esto se llama agresión, una detrás de mil.
8 de mayo de 2010
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