DIRÉ LO QUE QUIERA
“Si el amor aspira al desarrollo del ser del otro, el odio aspira a su envilecimiento, su pérdida, su desviación, su delirio, su negación total. En este sentido el odio, como el amor, es una carrera sin fin. El odio, el amor y la ignorancia son las vías de realización del ser, no la realización del ser, únicamente sus vías.”
-psicprofunda-
“Es raro que un amor naufrague por las cualidades o defectos reales de la persona amada. Por eso que cuando sucede es del orden de los pretextos. Queremos creer que esa realidad fue alcanzada, pero no es así.”
–psicoprofunda-
No podría en este momento desarticular esos epígrafes porque para mí y en este momento se trata de una mirada que contempla algo “surrealista” considerando aquella definición que decía, hablando de la poesía surrealista, que era algo así como “lo visibilidad de la presencia del inconsciente en el poema”; sujeto a las leyes del lenguaje sería eso, lo que ocurre es que si se trasciende a hechos, si se confunde con las cosas, si además de esto es usado para encubrir que se está haciendo, lo que se da como resultado es algo efecto de dicha confusión, usado a antojo de quien lo realiza y presentado como una gran obra, normalizado sin que se VEAN ni los sujetos que hay detrás ni sus intenciones. La simpatía está con ellos… la antipatía para quien, como yo, está recibiendo toda esa escenificación en forma y lugares que no son visibles para los demás, lo que diga aquí y las señales que a veces pego y otras, como ahora, estoy omitiendo, en cualquier caso son ampliación de lo que yo diga, es decir, sentidos que no son los que le estoy dando yo. Durante los cuatro años anteriores esto pasaba igual, pero la actuación en la realidad no iba tan lejos, ahora suelo hablar de hechos ya sidos, pero lo que al señalar se interrumpe es la búsqueda del mío propio; si en algún momento quiero disminuir el afecto, una señal me evidencia algo distinto o menos o más del encontrado por mí… yo no hubiera escrito ahora tantas líneas si no hubiera habido señales desde que dije aquí ”surrealismo”, me hizo gracia renombrarlo porque me devolvió a otras escenas que no fueron desagradables, pero me puso alerta porque la realidad me demostró después que se llevó el experimento mucho más lejos, es un constante querer sacarme del texto… yo no “podré demostrar…” pero afirmo que nadie que no esté suficientemente implicado en mis palabras podría permanecer durante tanto tiempo leyendo aquí… respecto a esto, los tres artículos no puedo ni quiero separarlos porque sería como emitir una interpretación que no sería la mía; en cada señal hay, como mínimo, y antes de darle un sentido, un énfasis en todos los casos que se señale… el primero de los epígrafes habla del amor y del odio y su carrera sin fin hasta la idealización o hasta la destrucción (señal) … palabra que como tanto le gusta razón demás para que no me quede en ella. El segundo de los epígrafes, la segunda frase, dice que son, tanto el odio como el amor y añade la ignorancia, vías para la realización del ser, no la realización misma. Que yo sepa no hay ningún ser acabado o concluso, así que se debe tratar en todos los casos de un acto psíquico, de una realización de orden psíquico y de esto creo que da cuenta el tercer epígrafe cuando afirma que, si cree haber tocado la realidad, es del orden de los pretextos.
Hay dos constantes en toda esta historia: el amor y su reverso y la escritura y su reverso; impedimentos en los dos aspectos, hacer lo necesario para que se produzca el desamor y la no escritura. A mí no me interesa decir si se trata de una estructura histérica o qué, aunque lo he dicho muchísimas veces, a mí lo único que me queda bien claro es que todo lo hace fracasar, hasta el punto de que cualquier intento que haga de solventar ese fracaso no da como resultado más que un recrudecimiento del mismo empeño y esto es así desde el principio. Así que lo que yo digo es que ni con odio ni con amor, ni con escritura ni sin ella… sería ridículo, tanto como la situación que anoche dio al traste definitivamente con la conversación, que planteara en términos de lógica, lo que cuento lo digo porque en sus actos invalida cualquier otra manera de estar tanto como de no estar ya que en las frases de anoche me tuve que marchar de allí y hoy está aquí y encima señalando. Con ciertos personajes ni me dirige la palabra, son esos los encargados de “transportar” EL FALO.
Mantiene una buena relación desde lugares femeninos o lo más alejados posibles a su yo, lo que él denomina esperpentos, y no porque se trate de un asunto de homosexualidad en el caso de los femeninos ni de una carencia real en el de los otros, sino porque al hacerlo así le sirve de freno a nivel de representaciones, no sólo de las que muestra, sino también de las que ve de los otros porque lo que recibe no puede ir dirigido a un hombre ni a un escritor y por tanto no entra en competencia; de mujer a mujer, ninguna de las dos portan el falo y de escritora a alguien que hace destrozos con el lenguaje, tampoco. La escritura, la entrada en el mundo, no sé qué ideas de completud tendrá a cerca de eso, yo si no escribo le soy mucho menos amenazante que si ostentara ese “tener”. Y para colmo esta lectura del lado del psicoanálisis, que nadie le ha obligado ni a él ni los otros a leer y sin embargo lo hacen y me viene devuelto como un reproche… “que se cree el centro del universo…” cuando hace años que en ese sitio no recibo más que empujones… insisto aquí en que ayer me cayeron sus “dulces comentarios” como un empujón más porque cuando ocurrió, en el preciso momento que ocurría, yo estaba abriendo otro blog para publicar en él Patria de Pájaros, y leen, claro que leen y ven ¡y yo qué culpa tengo de que lo hagan y luego no lo puedan digerirlo, igual que con las miles de conversaciones telefónicas en las que si decía porque decía y si no decía igual era la indiferencia lo que ofendía. Tener trabajo… tener libros publicados… tener deseos, sobre todo deseos, y si se tiene que borrar el nombre que le represente para hacer fracasar ese deseo, pues se lo borra una y mil veces.
De las coartadas estoy ya más que saturada y por supuesto, la realidad, después de haber sido usada como pretexto, resulta que además existe. Su afán porque me salga del chat, ahora, durante el año 2004 hasta que yo me fui debido a las ya agresiones y el tiempo que estuve fuera donde tampoco me dejó en paz, ese tiempo en el que era yo encima la que tenía que hacerme cargo de lo que hablase o escribiese si a él no le agradaba, pero tampoco el intento reiterado y a veces también en contra de mi propia lógica de que ello discurriera por vías completamente distintas, me recuerda que obligatoriamente lo que para él pueda ser un pretexto para mí es algo que no me puedo permitir.
22 de noviembre de 2009
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