CUANDO NO SE PUEDE
ESCRIBIR
HAY QUE ESCRIBIR IGUAL
ESCRIBIR
HAY QUE ESCRIBIR IGUAL
Francisco de Goya y Lucientes, El amor y la muerte
“Y uno se acuerda sobre todo de algunos poetas, algunos artistas, no porque pasaran
hambre o sufrieran más que otros, sino porque tenían conciencia de las posibilidade del
sufrimiento, porque habían intentado medir la distancia entre el arte y el sufrimiento.”
- Stig Dagerman, El Otoño Alemán-
hambre o sufrieran más que otros, sino porque tenían conciencia de las posibilidade del
sufrimiento, porque habían intentado medir la distancia entre el arte y el sufrimiento.”
- Stig Dagerman, El Otoño Alemán-
“Todo está permitido”, o: “si está allí, por qué no cogerlo”… Siguen atropellándose las frases desposeídas de significación, donde parece una amplitud de sentidos, justamente, sucede que es al revés; la supuesta apertura, la tanta permisividad, encubren la misma única intención de camuflar un exclusivo uso. Desparramados en el asiento más absurdo, se disimula la codicia, una retrógrada manera de pensar, tal estrechez de miras capaz de enceguecer al propio sol. Se quedan obsoletas las palabras, los actos, y por supuesto, el amor. No retiro el epígrafe que encabeza este escrito, déjalo ahí, ya que, te sirve de andamiaje para que te devuelvas tu verdad, quizás, o parecidamente, a como se van sucediendo este pillaje o quizás al revés… enfáticos de la dialéctica, ninguna cosa viva debe crecer fuera del disimulo del que me quiero tanto excluir: el verdadero daño no está en que “no me hablen” sino el que (me) obligan a oir…
… “La Historia es histérica: sólo se constituye si se la mira.” … ninguna frase está escrita aunque, ésta, y no otra, la haya buscado en la singularidad que cada acto de decir supone, es de esa manera (y no de otra) como la cara de Barthes es la cara de Barthes y sólo y nada más es esa y ninguna otra su cara para mí, “cuerpo de palabras”, una revolución vigente contra lo estático y lo muerto…pero no ahí, donde lo histérico consiste en renegar en permanencia de la mirada: que, por defecto, te pase a ti por mí.
6 de Mayo de 2009
Se enlazan las palabras tan débilmente que ahí lo dejé y por mucho que hubiera sido necesario continuar, así lo tuve que dejar… Mi única venganza es que no leeré tu escrito aunque, en verdad, no es nada más que poner las cosas donde siempre han estado (donde siempre debieron estar), de tan simple que es, te has ocupado durante tanto tiempo de aparentar una complejidad que es ya imposible, no tengo que rebuscar en ningún sitio, no sé si lo llegué a decir o solamente lo pensé: como en el sueño, todo el trabajo es la deformación para ocultar la realización de un deseo. Deseo insatisfecho, es en tu caso. Tus augurios no es que sean verdad, es, simple y sencillamente, que has invadido este espacio, no hay nadie que no seas tú a quien yo pueda acceder, a los demás, lo que yo llamo el coro, ni les va ni les viene, exactamente como en Madrid o en cualquier otro sitio del universo donde, habría que recorrer miles y miles de kilómetros para encontrar una o dos solas personas con las que se pueda establecer alguna relación (conversación). Van muchos años ya, y todavía no has entendido cómo funciona, me parece grotesco que no te veas, ni siquiera un minuto, como te veo yo, me llamas bruja y adivina porque eres incapaz de escuchar cuando otro habla y no te cabe en la cabeza que yo escuche… así, sin más, no sé para qué tantos programas, tantos trajes, tanta deformación si TODO LO QUE SÉ, eres tú quien me lo dice.
No es posible que pase un rato con alguien nuevo, en quien no “mandes tú”, ni siquiera es que tengas que convencer a nadie, es que eres tú… me vienes a buscar, y así se va repitiendo durante todos estos años, no es siquiera que ninguna nueva relación, es que te interpones entre el mundo y yo. El para qué, se te olvida desde siempre, los hechos, hacer fracasar cualquier encuentro, es lo que me confirma con quién trato… todas las veces.
Y como se enlazan tan débilmente las palabras, sigo por donde puedo, no importa que esto parezca un rompecabezas… o nada, es verdad que “lo esencial es invisible a los ojos” así que en cada ostentación, lo que veo es permanentemente una demanda, lo digo para mí, para que no me enredes en dimes y diretes, lo digo aquí, en el Word, porque no estar escribiendo no me ha servido de nada más que para alejarme del mundo.
Por último, y como siempre, el resultado es este sentimiento de soledad; es en verdad esperpéntico que tomándote tantísimas molestias en que no pueda hablar con nadie, todas las veces acabes yéndote porque precisamente nunca te vas.
8 de mayo de 2009
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